El inicio de un líder morenista

Por Redacción
El liderazgo político no surge de la nada, se aprende, se desarrolla y se enseña. Pocos merecen ser llamados líderes políticos. En el liderazgo, no caben los políticos que quieren ejercer poder absoluto a través del temor y la violencia, pues quienes así se comportan, centran su ambición personal en el deseo desmedido de poseer.
Por ello, el liderazgo es uno de los elementos más relevantes en el momento de la conformación de un partido político.
La construcción del liderazgo político de Julio Menchaca, se inició en Morena. Su liderazgo emergió en el momento en manifestar una verdadera democracia en Hidalgo, buscando la verdad y la justicia; actuando de acuerdo con lo que promueve, es decir, con su honestidad, integridad y congruencia en su ética y profesionalismo; representando la misión y visión que tiene el partido para cumplir con la cuarta transformación .
Además, no solo se requiere ser fundador de un partido, cabe resaltar, que los fundadores son pieza esencial, sin embargo, no significa que solo ellos puedan estar en los espacios de toma de decisiones, es más allá de eso, se requiere cualidades de un verdadero líder.
Es posible que un partido sobreviva ante la ausencia de su fundador, por ser quien construyó el modelo de partido y negoció su integración, pero, un liderazgo fuerte al interior de un partido, conserva la organización y garantiza su sobrevivencia.
Los nuevos modelos de liderazgo se mueven hacia estilos más colaborativos, en los que el líder no es el protagonista. En efecto, Menchaca Salazar, trabaja por la unidad del partido, sin la necesidad de sobresalir en lo individual, al contrario incluye a la sociedad civil y actores políticos con el fin de que los únicos protagonistas sean el pueblo hidalguense.
Julio Menchaca, conoce las problemáticas y es consciente de la falta de atención que tiene Hidalgo y en particular cada municipio, interpretando el ambiente político que se vive en el estado, desarrollando resultados que ayuden a transmitirse a la ciudadanía, construyendo juntos un verdadero proyecto de transformación.
Asimismo, su principal bandera es la justicia social, acabando con los vicios del sistema que concentran la riqueza en unos cuantos, que vive a expensas del sacrificio de los ciudadanos. El éxito del liderazgo de Menchaca, se debe al aprendizaje, la experiencia y su habilidad para continuar las acciones colectivas, es decir, en torno a propósitos comunes. Sus motivaciones no son similares a las del resto de políticos o "fundadores", quienes sólo buscan beneficiarse con poder, fama e ingresos.